En Pañul, región de O'Higgins, Leo y Gloria decidieron independizarse y cultivar quínoa, lo que les ha permitido cuidar a su hijo, vivir tranquilamente, y disfrutar cada ciclo de cultivo. Sí, porque ellos aman lo que hacen. Este es el origen de esta quínoa: nacional, conocido y de familia, y que también es pagada de manera justa a quiénes con tanto esfuerzo y cariño dedican su vida a producir alimentos saludables y ancestrales.
Porque, por si no lo sabían, este pseudocereal ha sido cultivado por los pueblos indígenas de Los Andes, durante miles de años, constituyendo la base de su alimentación. Y no es para menos: es el único alimento vegetal que aporta todos los aminoácidos esenciales, por lo que es una fuente de proteínas de alto valor biológico; en ella predominan las grasas insaturadas, contiene fibra, vitaminas E y del complejo B, y una cantidad mayor de minerales que otros cereales, entre los que destacan el calcio y hierro.
Si bien la quínoa es naturalmente libre de gluten, ésta se encuentra certificada, para que todos la disfruten de manera segura, y ya se le ha removido su sabor amargo (y los antinutrientes) con un lavado especial . Es muy versátil, pudiendo ser parte del desayuno, almuerzo (tanto de guarnición como ensalada) y/ o cena, dulce o salda, fría o caliente.
Les compartimos la preparación salada que aparece en el envase, pero Uds. pueden cocinarla sola, para después mezclarla con lo que más les guste, por ejemplo con leche de almendras, miel, nueces y manzana para una desayuno de campeones. ¿Tentador?